29 ago 2006

Convención Nacional Demócrata

Recupero esta excelente crítica sobre la supuesta Convención Nacional Demócrata, que pretende realizar AMLO y sus seguidores apra el 16 de Sep.

El señor López Obrador y sus feligreses parecen empeñados en montar su espectáculo en el tablado del presunto fraude electoral -del cual han sido incapaces de ofrecer una prueba sólida y creíble-, sobre el que han montado toda clase de escenografías que, con el tiempo, aparecen graves, cuestionables y hasta ridículas contradicciones.

Luego del reclamo de "voto por voto y casilla por casilla" -que era insostenible porque la propia coalición no fue capaz de argumentar irregularidades en los 300 distritos electorales y en las más de 130 mil casillas instaladas-, el señor López Obrador propuso una resistencia civil pacífica -parodia de la sublevación social que reventó por los daños causados a los que menos tienen-, y que dio pie a que el propio candidato convocara, de manera unilateral, autoritaria y nada democrática, a un supuesto acto refundacional de la República. Llamó a una Convención Nacional Democrática, sin duda una estrategia política audaz y llamativa, pero que en el fondo no es más que una caricatura de la historia nacional, una parodia que riñe hasta con la historia del partido de López Obrador, el PRD.

Y es que esa "Asamblea Nacional Democrática", ni es asamblea, ni es nacional y menos democrática. ¿Por qué? Porque nadie puede creer en la legitimidad -ya no se diga en la legalidad-, de los resolutivos salidos de un mitin al que sólo se convoca a los simpatizantes de AMLO -que ni siquiera se someten a las estructuras organizativas de su partido-, a los que no se pregunta nada, no se hace partícipes de nada, y con los que nada se delibera y sólo se les arrincona en el "sí" de lo que ordena y reclama el caudillo, sin que nadie tenga la posibilidad de cuestionar o decir "no". Más que una "Asamblea Nacional Democrática", se trata de una llamada a la misa de los fieles -y no fieles a un credo, sino a la personalidad y los deseos de AMLO-, convencidos de que son correctos el mensaje, el camino y la línea dictada por su mesías.

¿Cuántos decidirán, en esa "Asamblea Nacional Democrática", que el presidente legítimo de los mexicanos será López Obrador? Vamos a suponer que acudan a esa convocatoria un millón de mexicanos, todos ellos simpatizantes y creyentes de AMLO. Ese millón de mexicanos no serán más que 1.5% de los votantes potenciales -de los 72 millones inscritos en el Padrón Electoral-, o serán 2.5% de los 40 millones que acudieron a las urnas. Y sin duda habrá quienes digan que por AMLO votaron 15 millones de mexicanos. Bien, en el supuesto de que esos 15 millones decidan que López Obrador debe ser el "presidente legítimo", esos votantes no son más que 21% de los electores potenciales. ¿Ese porcentaje decidirá la legitimidad del nuevo presidente? No se les ha ocurrido pensar que esa imposición nada democrática, nada nacional es igual de grosera que la presunta imposición de Calderón. ¿No son ese llamado y esa amenaza una farsa democrática de AMLO y sus seguidores?

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