"El fascismo es totalitario por definición. El fascismo no tolera la oposición ni la existencia de un Estado de derecho. El fascismo descansa sobre la base de un monopolio propagandístico, de un nacionalismo populista, del control de la economía y de los medios de difusión. El fascismo monopoliza la información, rechaza la democracia, exacerba la hostilidad revolucionaria, divide al país entre ricos y pobres y los enfrenta para lucrar políticamente con el revanchismo económico y con el social, aprovechando la existencia de fuertes sentimientos de agravio derivados de una derrota o de una victoria no recompensada de un modo conveniente, según los intereses y la lectura de las capas bajas de la población. El fascismo se ha caracterizado por un fanatismo brutal, absoluto, en función de un supuesto patriotismo enfermizo, egoísta, ajeno a cualquier consideración racional. El caldo ideal de cultivo para el desarrollo del fascismo lo constituyen los millones de personas que sólo son dueñas de la esperanza. En el fascismo no caben las razones. El fascismo se beneficia del clima de emoción nacional…"
"El referendo, el arma preferida de los fascistas, está destinado a amedrentar a los gobernantes, a los jueces, a los legisladores, para intimidarlos, doblarlos y someterlos a la única ley que conocen, la del terror, como en cualquier dictadura. La acción violenta y la exaltación nacionalista constituirán dos de los elementos esenciales del fascismo."
"...saltando por encima de la ley, los fascistas organizan referendos: el número sustituye a la ley, es decir: si diez personas deciden robar a una, estas diez personas tendrán necesariamente la razón; y si un grupo decide que un individuo es culpable, este individuo será considerado como culpable sin tener que pasar por las pruebas del derecho. ¿Por qué nadie se opone? ¡Por cobardía! Las instancias legales y sus propios adversarios políticos aceptan la violación de la ley como acto fundador de la contienda."